viernes, 29 de abril de 2011

PABLO NERUDA / MATERIA NUPCIAL http://www.mislibroseroticos.com

POESIA EROTICA

PABLO NERUDA / chileno (1904)

MATERIA NUPCIAL

De pie como un cerezo sin cáscara ni flores,

especial, encendido, con venas y saliva,

y dedos y testículos,

miro una niña de papel y luna,

horizontal, temblando y respirando y blanca

y sus pezones como dos cifras separadas,

y la rosal reunión de sus piernas en donde

su sexo de pestañas nocturnas parpadea.

Pálido, desbordante,

siento hundirse palabras en mi boca,

palabras como niños ahogados,

y rumbo y rumbo y dientes crecen naves,

y aguas y latitud como quemadas.

La pondré como una espada o un espejo,

y abriré hasta la muerte sus piernas temerosas,

y morderé sus orejas y sus venas,

y haré que retroceda con los ojos cerrados

en un espeso río de semen verde.

La inundaré de amapolas y relámpagos,

la envolveré en rodillas, en labios, en agujas,

la entraré con pulgadas de epidermis llorando

y presiones de crimen y pelos empapados.

La haré huir escapándose por uñas y suspiros,

hacia nunca, hacia nada,

trepándose a la lenta médula y al oxígeno,

agarrándose a recuerdos y razones

como una sola mano, como un dedo partido

agitando una uña de sal desamparada.

Debe correr durmiendo por caminos de piel

en un país de goma cenicienta y ceniza,

luchando con cuchillos, y sábanas, y hormigas

y con ojos que caen en ella como muertos,

y con gotas de negra materia resbalando

como pescadores ciegos y balas de agua gruesa.

De Residencia en la tierra

Poesia Erótica -Besos- Tomas Segovia (españa 1927) http://www.mislibroseroticos.com

TOMAS SEGOVIA / español (1927)

BESOS

Mis besos lloverán sobre tu boca oceánica

primero uno a uno como una hilera de gruesas gotas

anchas gotas dulces cuando empieza la lluvia

que revientan como claveles de sombra

luego de pronto todos juntos

hundiéndose en tu gruta marina

chorro de besos sordos entrando hasta tu fondo

perdiéndose como un chorro en el mar

en tu boca oceánica de oleaje

caliente besos chafados blandos anchos como el peso de la plastilina

besos oscuros como túneles de donde no se sale vivo

deslumbrantes como el estallido de la fe

sentidos como algo que te arrancan

comunicantes como los vasos comunicantes

besos penetrantes como la noche glacial en que todos nos abandonaron

besaré tus mejillas

tus pómulos de estatua de arcilla adánica

tu piel que cede bajo mis dedos

para que yo modele un rostro de carne compacta idéntico al tuyo


besaré tus ojos más grandes que tú toda

y que tú y yo juntos y la vida y la muerte

del color de la tersura

de mirada asombrosa como encontrarse en la calle con uno mismo

como encontrarse delante de un abismo

que nos obliga a decir quién somos

tus ojos en cuyo fondo vives tú

como en el fondo del bosque más claro del mundo

tus ojos llenos de aire de las montañas

y que despiden un resplandor al mismo tiempo áspero y dulce

tus ojos que tú no conoces

que miran con un gran golpe aturdidor

 y me inmutan y me obligan a callar y a ponerme serio

como si viera de pronto en una sola imagen

 toda la trágica indescifrable historia de la especie

 tus ojos de esfinge virginal

de silencio que resplandece como el hielo

tus ojos de caída durante mil años en el pozo del olvido

besaré también tu cuello liso y vertiginoso como un tobogán inmóvil

tu garganta donde puede morderse la amargura

tu garganta donde la vida se anuda como un fruto, que se puede morder

y donde el sol en estado líquido circula por tu voz y tus venas

como un coñac ingrávido y cargado de electricidad

besaré tus hombros construidos y frágiles como la ciudad de Florencia

y tus brazos firmes como un río caudal

frescos como la maternidad

rotundos como el momento de la inspiración

tus brazos redondos como la palabra Roma

amorosos a veces como el amor de las vacas por los terneros

y tus manos lisas y buenas como cucharas de palo

tus manos como esos pedazos de la noche que de pronto caen revoloteando en la mitad del día

tus manos incitadores como la fiebre

o blandas como el regazo de la madre del asesino

tus manos que apaciguan como saber que la bondad existe

besaré tus pechos globos de ternura

besaré sobre todo tus pechos más tibios que la convalecencia

más verdaderos que el rayo y que la soledad

y que pesan en el hueco de mi mano como la evidencia en la mente del sabio

tus pechos pesados fluidos tus pechos de mercurio solar

tus pechos anchos como un paisaje escogido definitivamente

inolvidables como el pedazo de tierra donde habrán de enterrarnos

calientes como las ganas de vivir

con pezones delicados iridiscentes florales

besaré tus pezones de milagro y dulces alfileres

que son la punta donde de pronto acaba chatamente


la fuerza de la vida y sus renovaciones

tus pezones de botón para abrochar el paraíso

de retoños del mundo que echa flores de puro júbilo

tus pezones submarinos de sabor a frescura

besaré mil veces tus pechos que pesan como imanes

y cuando los aprieto se desparraman como el sol en los trigales

tus pechos de luz materializada y de sangre dulcificada

generosos como la alegría de aceptar la tristeza

tus pechos donde todo se resuelve

donde acaba la guerra la duda la tortura

y las ganas de morirse

besaré tu vientre firme como el planeta Tierra

tu vientre de llanura emergida del caos

de playa rumorosa

de almohada para la cabeza del rey después de entrar a saco

tu vientre misterioso cuna de la noche desesperada

remolino de la rendición y del deslumbrante suicidio

donde  la  frente  se   rinde  como  una   espada fulminada

tu vientre montón de arena de oro palpitante

montón de trigo negro cosechado en la luna

montón de tenebroso humus incitante

tu vientre regado por los ríos subterráneos

donde aún palpitan las convulsiones del parto de la tierra

tu vientre contráctil que se endurece como un brusco recuerdo que se coagula

y ondula como las colinas

y palpita como las capas más profundas del mar

tu  vientre  lleno de entrañas  de  temperatura insoportable

tu vientre que ruge como un horno

o que está tranquilo y pacificado como el pan

tu vientre como la superficie de las olas

lleno hasta tos bordes de mar de fondo y de resacas

lleno de irresistible vértigo delicioso

como una caída en un ascensor desbocado

interminable como el vicio y como él insensible

tu vientre incalculablemente hermoso

valle en medio de ti en medio del universo

en medio de mi pensamiento

en medio de mi beso auroral

tu vientre de plaza de toros

partido de luz y sombra y donde la muerte trepida

suave al tacto como la espalda negra del toro de la muerte

tu vientre de muerte hecha fuente para beber la vida fuerte y clara

besaré tus muslos de catedral

de pinos paternales

practicables como los postigos que se abren sobre lo desconocido

tus muslos para ser acariciados como un recuerdo pensativo

tensos como un arco que nunca se disparará

tus muslos cuya línea representa la curva del curso

de los tiempos

besaré tus ingles regadas como los huertos mozárabes

traslúcidas y blancas como la vía láctea

besaré tu sexo terrible

oscuro como un signo cuyo nombre no puede decirse sin tartamudear

como una cruz que marca el centro de los centros

tu sexo de sal negra

de flor nacida antes que el tiempo

delicado y perverso como el interior de las caracolas

más profundo que el color rojo

tu sexo de dulce infierno vegetal

emocionante como perder el sentido

abierto como la semilla del mundo

tu sexo de perdón para él culpable sollozante

de disolución de la amargura y de mar hospitalario

y de luz enterrada y de conocimiento

de amor de lucha de muerte de girar de los astros

de sobrecogimiento de hondura de viaje entre sueños

de magia negra de anonadamiento de miel em­brujada

de pendiente suave como el encadenamiento de las ideas

de crisol para fundir la vida y la muerte

de galaxia en expansión

tu sexo triángulo sagrado besaré

besaré besaré

hasta hacer que toda tú te enciendas

como un farol de papel que flota locamente en la noche

De Poesía en movimiento (México 1915-1966), Libros eróticos para descargar.

miércoles, 20 de abril de 2011

Eugenia de Franvall del Marques de Sade

Introducción de la obra Eugenia de Franvall del Marques de Sade
El único motivo que nos mueve a escribir esta historia es la instrucción de la humanidad y el mejoramiento de su modo de vida. Es de desear que todos los lectores descubran el enorme peligro que siempre corren aquellos que hacen lo que quieren para satisfacer sus deseos. Que puedan convencerse que la buena crianza, las riquezas, el talento y las dotes naturales sólo sirven para desviar al individuo cuando la limitación, la buena conducta, la sabiduría y la modestia no están allí para sostenerlos o utilizarlos de la mejor manera: éstas son las verdades que vamos a llevar a la acción. Que no sean perdonados los detalles poco naturales del horrible delito que nos veremos obligados a relatar; ¿acaso es posible que estas desviaciones sean detestables si uno tiene la valentía de presentarlas abiertamente?
Es raro que en un mismo ser todo armonice para conducirlo a la prosperidad; si ha sido favorecido por la naturaleza, la fortuna le niega sus dones; si la fortuna es liberal con sus favores, la naturaleza lo trata mal; pareciera que la mano del Cielo deseara mostrarnos que en cada individuo, como en sus acciones más sublimes, las leyes del equilibrio son las primeras del Universo, las que simultáneamente regulan todo lo que pasa, todo lo que vegeta y respira.
Franval, que vivía en París, donde había nacido, poseía, además de una renta de 400.000  libras,  la  más  hermosa  figura,  el  rostro más agradable y los más variados talentos; pero por debajo de este exterior atractivo yacían ocultos todos los vicios, y lamentablemente   aquellos   cuya   adopción   e   indulgencia   habitual   conducen   tan rápidamente al delito. La imaginación más libre que nadie pudiera detallar era el primer defecto de Franval; hombres de su calidad no se enmiendan, la declinación del poder los empeora; cuanto menos puedan hacer, tanto más emprenden; cuanto menos logran, tanto más inventan; cada edad acarrea nuevas ideas, y la saciedad, lejos de enfriar su ardor, sólo prepara el camino para refinamientos más fatales.
Como decíamos, Franval poseía en cantidad todas las amenidades de la juventud, todos los talentos que la realzan, pero puesto que mostraba el mayor desdén por las obligaciones morales y religiosas, fue imposible que sus tutores le hicieran adoptar ninguno de ellos.
En un siglo en que los libros más peligrosos están en manos de los niños como en las  de  sus  padres  y  maestros,  cuando  la  temeridad  de  la  contumacia  se  considera filosofía, la falta de creencia, fortaleza y la licencia, imaginación, el ingenio del joven Franval era recibido con risa, poco después se lo reprendía por el mismo, y finalmente se lo elogiaba. El padre de Franval, gran partidario del ergotismo de moda, era el primero en  impulsar  a  su  hijo  para  que  pensara  seriamente  en  estos  asuntos;  él  mismo  le facilitaba todos los trabajos que pudieran corromperlo más rápidamente; ¿qué maestro hubiera osado, después de esto, inculcarle principios diferentes a los de la casa donde estaba obligarlo a agradar?
Pero Franval perdió a sus padres cuando todavía era muy joven, y a la edad de diecinueve  años  un  viejo  tío,  quien  murió  poco  después,  le  asignó  al  arreglar  su casamiento, todas las posesiones que algún día iban a pertenecerle…
Introducción de la obra Eugenia de Franvall del Marques de Sade

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martes, 19 de abril de 2011

Breve biografía del El Marques de Sade

El Marques de Sade
En la actualidad hay muy pocas personas que no tengan a un que sea un conocimiento mínimo de lo que es el sadismo, no obstante no muchos saben a ciencia cierta a que se corresponde, y mucho menos el origen del término.
El sádico es aquel que se deleita con el dolor de los demás, o cuyo comportamiento a placer en el dolor de los otros, el sadismo es una forma de obtener excitación y placer sexual, causando dolor o humillación a una pareja.
El término deriva de Donatien Alphonse François de Sade más conocido por Marqués de Sade, escritor de origen francés del que se puede admitir que en no hay literatura de ninguna época donde se pueda encontrar una obra tan escandalosa como la de él, sobre todo porque ningún otro autor ha herido tan profundamente el pensamiento y los sentimientos humanos.
Hoy en día, doscientos años después, parece inverosímil que nadie pueda escribir algo que compita con sus obras. Quizá podamos convertirlo en imágenes a través del cine (Pasolini lo aspiró con Las 120 jornadas de Sodoma) pero con ello no superaremos el infierno creado por el autor.
Sade fue un escritor dramaturgo extremadamente prolífico, al punto que se le prohibió en los últimos años de su vida acceso a papel y pluma, con el único fin de no poder escribir sus controversiales novelas, incluso recluido en la Fortaleza de Vincennes en Paris al no tener acceso a nada para escribir comenzó a hacerlo con su propia sangre en los muros de su celda.
Mucha de su obra fue quemada por su controvertido contenido, no obstante se llega a la conclusión que los censores (de aquella época y de las siguientes) han estado al servicio del propio Sade y pretendiendo enmudecerlo, no hayan logrado sino convertirse en cómplices de su inmoralidad.
Murió en 1814, habiendo pasado treinta años de su vida entre  la cárcel y el manicomio, conociendo perfectamente todos los recintos penitenciarios de antiguo Paris.
Pasó a la historia como un brillante escritor para algunos, mientras que para otros un loco que desarrollaba su nefasta filosofía para justificar las aberraciones que cometía, no obstante su obra se ha convertido en un referente absoluto e insuperable. Es conocido por sus obras eróticas y transgresoras y de moral muy diferente a la de su propia época.
De familia aristócrata, la conducta de Sade nunca fue del agrado del poder establecido, ya que conoció la cárcel por diversos escándalos tanto bajo el régimen absolutista como tras la Revolución Francesa y la subida al trono de Napoleón.
En su infancia, Sade recibió una educación religiosa y militar, y en su adolescencia participó en la Guerra de los Siete Años, siendo destacado por su valentía. Acabó la guerra como capitán y se le licenció para volver a su hogar, donde se casó en 1763 con Renèe Pelage Cordier.
A partir de este momento, Sade comienza una vida licenciosa que en un principio se pudo ocultar por sus influencias, pero que, tras hacerse cargo de un teatro cerca de París, se vuelve más activa y llena de amantes y prostitutas, incluyendo algunas de las mujeres más deseadas en la corte, pese a carecer del dinero suficiente.
Tras varios escándalos, de los cuales el más famoso es el de Arcueil, acaba siete meses en prisión por flagelar a una mendiga. Es, sin embargo, el caso de Marsella, el que casi le costó la muerte al ser condenado por sodomía y envenenamiento. Huido de Francia en Italia y España -y perseguido por su suegra-, viajando de incógnito a su tierra natal (donde siguió provocando escándalos varios).
Así se mantuvo la situación hasta que Sade acudió al lecho de su madre moribunda en París, donde fue arrestado y encerrado en Vincennes y en La Bastilla donde permanecerá casi catorce años hasta la Revolución Francesa. Es en esta época que Sade escribió Justine, Aline y Valcour, además de Cuentos, historietas y fábulas. Su conducta rebelde llevó a que fuera trasladado a un psiquiátrico poco antes de la toma de la Bastilla, donde se perdieron 15 libros ahora relacionados con Los 120 días de Sodoma.
Tras ser liberado, Sade trata de integrarse en la nueva sociedad revolucionaria como miembro de la comunidad teatral y también en el ámbito político, algo que más adelante también estuvo a punto de costarle la vida y la cárcel. En ésta época Sade siguió escribiendo, sobre todo teatro, y algunas obras narrativas.
En sus últimos años se le diagnosticó una demencia y ya bajo el poder Napoleónico Sade fue recluido en el manicomio de Charenton donde moriría en 1814.
Ver algunas de sus obras de Literatura Erótica para descargar.

Henry Miller

Henry Miller
Escritor estadounidense, cuyas obras vitalistas, anarcoides y eróticas desencadenaron grandes polémicas y censuras, pero que a la vez sirvieron para que, a partir de él, el sexo se tratará en la literatura con más normalidad.
Nació en Nueva York el 26 de diciembre de 1891, ejerció distintos trabajos y asistió al City College de su ciudad natal durante un breve periodo de tiempo, antes de marcharse a París en 1930 huyendo de la Gran Depresión. En aquella ciudad, en la que residió durante diez años, llevó una vida bohemia, que describió en tres novelas eróticas de carácter autobiográfico, Trópico de Cáncer (1934), Primavera negra (1936) y Trópico de Capricornio (1939). Pasó un año en Grecia invitado por Lawrence Durrell y a su regreso en 1940 a los Estados Unidos y se instaló en Big Sur, California, desde donde rememoró su estancia helena en El coloso de Marussi (1941) original guía de Grecia, presentada como el lugar donde es posible recuperar lo que de divino tiene el ser humano. También publicó La pesadilla del aire acondicionado (1945-1947); una trilogía, La crucifixión rosada, formada por Sexus (1949), Plexus (1953) y Nexus (1960); Big Sur y las naranjas del Bosco (1957); y el estudio literario El mundo de D.H. Lawrence (1980).
Por su vida y obras se convirtió en uno de los máximos defensores de la libertad tanto individual como literaria y su búsqueda de la "salvación" a través de experiencias intensas influyó enormemente en las ideas de la llamada Beat Generation. Los "Trópicos" están consideradas sus mejores novelas por su prosa fluida en la que funde obscenidad y espiritualismo, y salta con gran naturalidad del expresionismo más realista al divismo más simbólico. Su obra ha sufrido los ataques de la crítica feminista, debido a su retrato de la potencia masculina frente al masoquismo femenino. Murió el 7 de junio de 1980 en Pacific Palisades (California).
Web Recomendada: www.henrymiller.org